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El potencial científico-tecnológico de España tanto en el sector público como en el privado, otorga a nuestro país la responsabilidad de dar un nuevo impulso al sector biotecnológico.
Con el apoyo político y social, y un ecosistema incentivador óptimo, la biotecnología puede liderar áreas de vanguardia, y desempeñar un papel clave para la economía, el bienestar social y la autonomía estratégica de España y de Europa.
La comunidad biotecnológica española está plenamente comprometida con este objetivo. Desde la Asociación Española de Bioempresas, hacemos un llamamiento a realizar un esfuerzo de país, que impulse y renueve el compromiso de España con el sector biotecnológico.
En concreto, se hace un llamamiento a la acción para:
COMO UN SECTOR CLAVE PARA LA AUTONOMÍA ESTRATÉGICA DE ESPAÑA Y DE EUROPA
Las dependencias estratégicas evidenciadas por acontecimientos internacionales como la Covid-19 o la guerra en Ucrania nos obligan a abordar un enfoque global para impulsar tecnologías profundas que aseguren la resiliencia de nuestra economía y nos posicionen internacionalmente en áreas de vanguardia.
Este enfoque debe reflejarse en una agenda gubernamental transversal que impulse industrias deep tech como la biotecnológica, que son estratégicas para resolver los desafíos económicos, sociales y medioambientales del país.
La agenda debe establecer y coordinar políticas e instrumentos financieros para asegurar innovaciones de vanguardia para mejorar la salud de nuestros ciudadanos, lograr los objetivos climáticos y de energía, mejorar la seguridad alimentaria y hacer crecer nuestra economía desde todos los territorios de nuestro país.
Este fondo debe garantizar un objetivo de inversión elevado para la biotecnología dada su relevancia para la autonomía estratégica de Europa.
La misión de este tipo de instrumentos es superar las barreras financieras e industriales que afectan a las tecnologías profundas como la biotecnología.
Uno de los objetivos de este fondo tiene que ser el de acompañar al crecimiento de las pymes y start-ups, incluyendo para ello también la financiación de I+D.
España y Europa deben apostar por la industria biotecnológica para crear empleos de calidad, fortalecer cadenas de suministro, mejorar resultados de salud y reducir emisiones de carbono tal y como ha anunciado Estados Unidos con una inversión de dos mil millones de dólares.
Vivimos tiempos en los que las innovaciones biotecnológicas se están produciendo a gran velocidad y suponen transformaciones profundas en la manera de abordar los desafíos sociales a los que nos enfrentamos.
Fortalecer la autonomía estratégica de Europa requiere acompañar a la I+D biotecnológica con instrumentos y regulación adecuada a su naturaleza, ritmo e impacto.
Necesitamos un programa de acceso a financiación estratégica para acelerar los ensayos clínicos de pymes y start-ups con innovaciones biotecnológicas con gran potencial para mejorar la vida de las personas.
Tenemos que reforzar el acompañamiento a pequeñas y medianas empresas para ayudarlas a llevar sus innovaciones al mercado y facilitar tu acceso a programas fast-track de la Agencia Europea del Medicamento como PRIME.
Es crucial crear mecanismos adicionales como sandbox o entornos de prueba para acelerar la llegada de tratamientos biotecnológicos de alto impacto para la salud que prioricen su disponibilidad de manera rápida y sostenible, acompañados de evaluaciones continuas para determinar su efectividad, acotar la incertidumbre y establecer mecanismos de financiación basados en su valor.
La industria biotecnológica está creciendo y cambiando rápidamente. Hay más de mil terapias celulares y génicas en la fase clínica de desarrollo. El Big Data, y las tecnologías de edición génica como CRISPR, además de las posibilidades que está abriendo el ARN mensajero, están revolucionando el desarrollo de medicamentos y soluciones biotecnológicas.
Es necesario estrechar los vínculos entre universidad, formación profesional y empresa con nuevos modelos colaborativos que permitan adelantarnos a los desafíos del futuro.
Tenemos que incorporar el emprendimiento desde las primeras etapas de la formación universitaria para impulsar la próxima generación de líderes de la industria biotecnológica y la transferencia de conocimiento.
Los programas formativos deben incorporar la interdisciplinariedad y la vocación global para que el talento del futuro pueda hacer frente a los desafíos sociales y medioambientales a los que nos enfrentamos.
Debemos modernizar nuestro sistema de I+D para ser capaces de acompañar e impulsar el ritmo y la naturaleza de las innovaciones biotecnológicas.
Necesitamos instrumentos de financiación en forma de subvención similares a los países de nuestro entorno para innovaciones disruptivas y de alto riesgo como las biotecnológicas.
Apoyamos la creación de plataformas de colaboración que involucren a todos los actores relevantes, incluyendo investigadores, empresas, entidades reguladoras y sociedad civil similares a los hubs o plataformas de colaboración nórdicas.
Es crucial fortalecer un sistema de incentivos que reconozca y estimule el desarrollo que requieren largos plazos de desarrollo, elevadas inversiones y conllevan una gran incertidumbre, donde las patentes son un elemento fundamental para establecer colaboraciones entre instituciones públicas, grandes compañías y pymes y start-ups.
La industria biotecnológica necesita un marco de incentivos adecuado que combine inversiones en I+D con un sistema de recompensa que fomente el progreso tecnológico, como el que supuso el reglamento europeo de medicamento huérfanos del 2000, que ha provocado que el número de medicamentos autorizados pasase de 15 a 187 en la actualidad.
El sector público desempeña un papel crucial como elemento tractor de un desarrollo económico innovador para dar respuesta a desafíos urgentes como el energético, el climático o la resistencia de antibióticos.
Las administraciones tienen que utilizar de forma estratégica instrumentos para estimular la demanda como la compra pública para adquirir productos y servicios innovadores que aceleren su llegada al mercado y contribuyan al bienestar y al desarrollo sostenible de nuestro país.
Es clave el compromiso de la administración en la adquisición de biomateriales y bioproductos en sus procesos de compra y licitaciones para impulsar la transformación industrial y estimular la transición verde.
Además, el sector público puede adelantar la llegada de soluciones frente a desafíos sanitarios como las pandemias o la resistencia a los antibióticos a través de acuerdos precomerciales, bonos de innovación o acuerdos de compra anticipada para garantizar el suministro.
Aportación de ~1% del PIB nacional, generando más de 11.000 millones de euros en renta
898 compañías biotecnológicas en España y más de 4.362 compañías que realizan actividades biotecnológicas en nuestro país.
Micro pymes y pymes constituyen la gran mayoría de las compañías biotecnológicas.
Generación de ~118.000 personas empleos, lo que equivale al 0,65% del empleo total en España.
Inversión en I+D de 1.038 millones de euros de las biotech en España (2021), equivalente al 62% de la inversión en I+D en nuestro país.
Lanzamiento de 109 productos y servicios al mercado (2022), así como la firma de importantes acuerdos de licencia.
9ª posición mundial en producción de conocimiento científico del sector biotecnológico español.
Incremento de la capacidad de la industria biotecnológica española para atraer inversión (50% y 20% en 2020 y 2021 respectivamente).
Europa y España necesitan dotarse de capacidades industriales que refuercen su autonomía y capacidad de respuesta ante disrupciones.
Sectores intensivos en I+D como el biotecnológico permiten a España y Europa colocarse en una posición de liderazgo global en campos de vanguardia y reducir la dependencia de factores externos.
La posición que ocupa España en generación de conocimiento y talento en biotecnología es una oportunidad para construir nuestra autonomía estratégica sobre ella.
Empresas biotech son las más intensivas en contratación de investigadores (14.62% del total de sus plantillas).
Activa y significativa participación de mujeres (53% del personal del sector), con alta representación en departamentos de I+D y comités de dirección.
Alta contribución del sector a la cohesión territorial por su presencia en todo el país y sus soluciones para sectores tradicionales e importantes para el desarrollo rural (como el sector agroalimentario) y la lucha contra la despoblación.
El potencial catalizador de la biotecnología en la salud de las personas se evidenció claramente durante la pandemia de la Covid-19.
Algunos ejemplos durante la pandemia fueron las pruebas diagnósticas basadas en las tecnologías de amplificación de ácidos nucleicos o en la detección de antígenos, o la tecnología de ARN mensajero (ARNm) que permitió el desarrollo de vacunas.
Más allá de la Covid-19, la biotecnología se erige como piedra angular de la medicina del futuro a través de:
La medicina y el diagnóstico de precisión
Las terapias avanzadas (terapias génicas, celulares y tisulares)
El descubrimiento de fármacos
La lucha contra la resistencia a antibióticos
El desarrollo de nuevas vacunas
Las terapias de ARN
El reto demográfico de una población creciente y más longeva nos obliga a aumentar la disponibilidad de los alimentos, hacerlos más nutritivos y seguros, combatir el hambre y la malnutrición, y proteger un planeta cuyos recursos son limitados
La biotecnología tiene un efecto transformador y un impacto significativo en la forma en que cultivamos, producimos y consumimos alimentos.
Algunas de las innovaciones más destacadas:
La mejora genética de cultivos
La edición genética como CRISPR-Cas
Nuevas fuentes de proteínas a partir de subproductos
La prevención y tratamiento patologías alimentarias con el perfil nutrigenético individual.
El fortalecimiento de la seguridad alimentaria a través de la detección de alérgenos, toxinas y contaminantes en los alimentos.
El desarrollo de un sistema agroalimentario con menores emisiones de CO2 con la agricultura de precisión, los bioestimulantes, biofertilizantes y otras herramientas complementarias en el control de plagas y fitopatógenos.
El sector biotecnológico contribuye significativamente a la reducción de las emisiones de carbono, la transición verde de la industria y el desarrollo de opciones, soluciones y procesos más sostenibles.
Algunas de las innovaciones más destacadas:
La aplicación de enzimas y microorganismos modificados genéticamente para la optimización de la producción industrial.
El desarrollo de biocombustibles, bioplásticos y productos químicos derivados de la biomasa.
El saneamiento del agua a través de procesos biológicos.
El desarrollo de biosensores y biotecnologías de última generación para la monitorización y detección de contaminación.
El sector biotecnológico demuestra ser un pilar fundamental en la tracción y dinamización de la economía española. Su capacidad para generar valor añadido, impulsar el crecimiento económico y crear empleo altamente cualificado posiciona a la biotecnología como un motor clave para el desarrollo sostenible de España en el siglo XXI.
La aportación del sector biotecnológico a la economía española es notable y contribuye significativamente al crecimiento económico y la creación de empleo en el país. Algunos datos analizados por AseBio destacan que:
En 2021 ha aumentado un 11,5% el número de compañías que realizan actividades biotecnológicas en España hasta llegar a 4.362. De esta manera casi 3 de cada 1.000 empresas son biotecnológicas. De ellas, 898 compañías son exclusivamente biotecnológicas o tienen la biotecnología como actividad principal.
En cuanto a la estructura empresarial, la gran mayoría de las compañías biotecnológicas son micro pymes o pymes.
El 54% de estas empresas son micro pymes, con menos de 10 empleados, y, aunque representan un porcentaje bajo de la facturación total, son fundamentales en el tejido empresarial.
Las pequeñas empresas, con entre 10 y 49 empleados, aportan el 10,8% de la facturación total.
Por otro lado, las medianas empresas, con 50 a 249 empleados, contribuyen con casi el 40% de la facturación.
Las 30 grandes empresas de más de 250 empleados representan el 50% de la facturación total y tienen una facturación media superior a los 219 millones de euros.
El crecimiento en el número de compañías biotecnológicas crecimiento ha generado un impacto económico significativo. El sector biotecnológico aporta aproximadamente el 1% del Producto Interno Bruto (PIB) nacional, generando más de 11.000 millones de euros en renta y aportando un impacto a través de la recaudación fiscal de más de 4.500 millones de euros al Estado del Bienestar.
El crecimiento y desarrollo del sector biotecnológico también se traduce en la creación de empleo altamente cualificado. Se estima que el sector biotecnológico ha contribuido a la generación de aproximadamente 118.000 personas empleos, lo que equivale al 0,65% del empleo total en España.
Durante los últimos años, eventos globales como la pandemia por la Covid-19 o la invasión rusa en Ucrania han impactado las cadenas de suministro de productos en áreas estratégicas.
Estas situaciones han dejado en evidencia la vulnerabilidad de Europa en general, y de nuestro país en particular, para hacer frente por sí mismos a retos globales cada vez más interconectados, a los que se suma ahora la emergencia climática.
Ante esta realidad, es evidente que Europa y España necesitan dotarse de capacidades industriales que refuercen su autonomía y proporcionen capacidad de respuesta ante disrupciones en las cadenas de suministro, especialmente en aquellos sectores considerados estratégicos.
En este contexto, la industria biotecnológica es clave por su capacidad para transformar los procesos de producción, investigación y desarrollo, constituyendo un pilar fundamental para garantizar la seguridad y sostenibilidad de sectores estratégicos, tales como el energético, el sanitario o el alimentario.
Sectores intensivos en I+D como el biotecnológico no sólo van a permitir a Europa y a España colocarse en una posición de liderazgo global en campos de vanguardia como la genómica o los biocombustibles, sino que van a satisfacer necesidades alimentarias, médicas, económicas y ambientales internas, reduciendo su dependencia de factores externos.
La posición que ocupa España en generación de conocimiento y talento en biotecnología es una oportunidad para construir nuestra autonomía estratégica sobre ella, frente a sectores y tecnologías más maduras y de menos valor añadido, donde competir con entornos geográficos basados en menores costes laborales y ambientales puede no ser posible.
La industria biotecnológica española se destaca como un sector clave para impulsar el modelo productivo intenso en I+D+i (Investigación, Desarrollo e Innovación), contribuir a la autonomía estratégica europea y liderar avances científicos y tecnológicos significativos.
A pesar de los desafíos presentados por la pandemia y las emergencias sanitarias, las empresas biotecnológicas, gracias a su compromiso con la ciencia y la innovación, han demostrado su resiliencia en la búsqueda de soluciones avanzadas para mejorar la salud, la alimentación, el medio ambiente y otros ámbitos fundamentales.
Su enfoque en la investigación y desarrollo, así como su capacidad para atraer inversión y proteger sus innovaciones a nivel internacional, lo posiciona como un pilar esencial en el progreso económico y científico de España y Europa.
Algunos datos que demuestran la determinante contribución de la biotecnología en la tracción y generación de innovación y progreso económico, y por ende a la creación de valor añadido y fortalecimiento de la competitividad de la economía:
En 2021, la inversión en I+D de las biotech en España alcanzó los 1.038 millones de euros. Esta cifra, representa el 62% de la inversión en I+D en España.
En 2022, las empresas biotecnológicas lanzaron 109 productos y servicios al mercado, así como la firma de importantes acuerdos de licencia.
En línea con lo anterior, el sector biotecnológico español se posiciona como un referente mundial en la producción de conocimiento científico, siendo la novema potencia mundial en producción de conocimiento científico.
El crecimiento y la calidad de la industria biotecnológica española se refleja también en el incremento de su capacidad para atraer inversión, creciendo en 2020 y 2021 un 50% y un 20% respectivamente.
El sector biotecnológico en España no sólo destaca por su papel en la economía y la innovación, sino que también es un actor relevante en la promoción de la inclusividad a través del empleo y la cohesión territorial.
Las empresas biotech son las más intensivas en contratación de investigadores, con un 14,62% de sus empleados, lo que impulsa el desarrollo de talento y la generación de conocimiento científico en el país.
Además, la participación activa y significativa de las mujeres en la industria biotecnológica es un aspecto clave para alcanzar la igualdad de género y fomentar un desarrollo social y económico sostenible.
En este sentido, el sector biotecnológico español cuenta con una alta representación de mujeres en sus filas.
Por otro lado, la contribución del sector biotecnológico a la cohesión territorial es un aspecto crucial para enfrentar el reto demográfico de España y promover un desarrollo social y económico sostenible.
Su compromiso con la integración en la cadena agroalimentaria sostenible refuerza su papel como un agente de cambio positivo en el desarrollo sostenible y en la lucha contra la despoblación en el país.
Asimismo, las empresas biotecnológicas están localizadas a lo largo de todo el país, destacando Cataluña, la Comunidad de Madrid y Andalucía que agrupan el 55% del total de empresas biotecnológicas.
Fuera de los polos tradicionales de desarrollo, están surgiendo compañías biotecnológicas que están aportando un gran valor añadido a sectores más tradicionales e importantes para el desarrollo rural como es el agroalimentario.
Los mayores avances en la protección y mejora de la salud humana están siendo protagonizados por la biotecnología y van a ser determinantes para nuestra salud del futuro. Prueba irrefutable de lo anterior es el hecho de que el 68% de los fármacos en desarrollo son biotecnológicos.
El potencial catalizador de la biotecnología en la salud de las personas se evidenció claramente durante la pandemia de la Covid-19, donde la rápida respuesta de la comunidad científica y la colaboración entre empresas biotecnológicas permitieron el desarrollo en tiempo récord de soluciones de gran eficacia para proteger y salvar vidas.
Entre algunas de las innovaciones que la biotecnología desarrolló para dar respuesta a la pandemia, destacan las pruebas diagnósticas basadas en las tecnologías de amplificación de ácidos nucleicos para la detección del virus y diagnóstico de la infección, las pruebas de diagnóstico rápido basados en la detección de antígenos, o la tecnología de ARN mensajero (ARNm) que permitió el desarrollo de vacunas altamente eficaces contra el SARS-CoV-2.
Más allá de la Covid-19, la biotecnología ha demostrado ser una herramienta fundamental para contribuir a la salud de las personas y será la piedra angular sobre el que sostenga la medicina del futuro, en concreto a través de:
La medicina y el diagnóstico de precisión
Las terapias avanzadas (terapias génicas, celulares y tisulares)
El descubrimiento de fármacos
La lucha contra la resistencia a antibióticos
El desarrollo de nuevas vacunas
Las terapias de ARN
La biotecnología está siendo un impulsor clave en la búsqueda de soluciones para la descarbonización y el fomento de opciones más sostenibles para abordar los desafíos medioambientales.
A través de diversas innovaciones, el sector biotecnológico ha contribuido a la reducción de las emisiones de carbono, la transición verde de la industria y el desarrollo de opciones, soluciones y procesos más sostenibles.
En materia de descarbonización, la biotecnología ha facilitado la creación de tecnologías limpias y procesos más eficientes y que permiten a la transición de la industria hacia prácticas más sostenibles al ofrecer soluciones biológicas. Se destaca:
La optimización de la producción industrial y minimización de la liberación de gases de efecto invernadero a través de la aplicación de enzimas y microorganismos modificados genéticamente.
La obtención de materias primas, materiales y biocombustibles a partir de materiales renovables, fundamentalmente materias primas agrícolas y subproductos y residuos agroalimentarios.
El desarrollo de biocombustibles o la producción de bioplásticos y productos químicos derivados de la biomasa.
El desarrollo y producción de biofertilizantes, bioestimulantes y biopesticidas que contribuyen a la mejora de la sostenibilidad agrícola.
El saneamiento del agua a través de procesos biológicos como la biorremediación y la biofiltración con el empleo de microorganismos o microalgas.
La monitorización y detección de contaminación con el desarrollo de biosensores y biotecnologías de última generación.
El reto demográfico de una población creciente y cada vez más longeva nos obliga a aumentar la disponibilidad de los alimentos, así como la necesidad de que éstos sean más nutritivos y seguros para poder combatir el hambre y la malnutrición, haciendo compatible estas mayores necesidades de alimentar a la humanidad con la protección de un planeta cuyos recursos son limitados
La biotecnología tiene un efecto transformador y un impacto significativo en la forma en que cultivamos, producimos y consumimos alimentos, teniendo importantes repercusiones (positivas) en la sostenibilidad, la seguridad alimentaria y la preservación del medioambiente.
Nuevas técnicas biotecnológicas como la del cultivo de carne o el desarrollo de nuevas fuentes de proteínas, junto con herramientas de edición genética como CRISPR-Cas son aliados clave para garantizar el acceso permanente a alimentos saludables, sostenibles y seguros. Se destacan:
La mejora genética de cultivos para la mejora de las propiedades nutricionales.
La edición genética como CRISPR-Cas para la obtención de cultivos que garantizan un uso más sostenible del agua y del suelo.
La producción de nuevas fuentes de proteínas a partir de subproductos procedentes de residuos de la industria agroalimentaria o del uso de insectos
La prevención y tratamiento de problemas y patologías relacionadas con la alimentación a partir del conocimiento del perfil nutrigenético individual.
El fortalecimiento de la seguridad alimentaria a través de la detección de alérgenos, toxinas y contaminantes en los alimentos.
El desarrollo de nuevas soluciones para un sistema agroalimentario con menores emisiones de CO2 a través de nuevas estrategias como la agricultura de precisión, los bioestimulantes, biofertilizantes, biocontroladores y otras herramientas complementarias en el control de plagas y fitopatógenos.
En la Asociación Española de Bioempresas, AseBio, agrupamos y representamos los intereses de empresas, asociaciones, fundaciones, universidades y centros tecnológicos y de investigación que desarrollan actividades en el ámbito de la biotecnología en España.
Colaboramos estrechamente con las administraciones regionales, nacionales y europeas, así como con todas aquellas organizaciones sociales comprometidas con la ciencia y el uso de la biotecnología para la mejora de la calidad de vida de las personas, la sostenibilidad del planeta, el desarrollo económico y la generación de empleo de alto valor añadido.
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